Las nuevas unidades de la Troncal 2 de la Metrovía, las cuales recorrerán las calles de la ciudad desde la Terminal del Sur (25 de Julio) hasta el norte (Terminal Río Daule) vienen desde Brasil, pasan por Perú hasta llegar a Ecuador.
74 de estos articulados han efectuado un viaje de 7.500 kilómetros, en aproximadamente dos semanas.
Leopoldo Falquez, gerente general de la Fundación Metrovía, mencionó que los flamantes buses son de marca Scania.Después de adquiridos ingresan al ‘carrocero’ Neobus, compañía donde se les da la forma, el acabado y el diseño actual a las unidades (articulados).
Neobus es uno de los más grandes fabricantes de autobuses de Brasil, y tiene su sede en la ciudad de Caxious do Sul, estado de Río Grande, al sur del país carioca.
Desde esta localidad, los articulados salen vía terrestre y cruzan los estados de Santa Catarina, Paraná, Mato Grosso do Sul, Rondonia, hasta llegar a la población fronteriza de Assis.
Posteriormente ingresan por el puente binacional del municipio peruano de Iñaparí, donde efectúan el primer control aduanero.
En Perú, las unidades también pasan por Puerto Maldonado, antes de ingresar por Aguas Verdes, una población fronteriza, previo al ingreso de la ciudad de Huaquillas, provincia de El Oro (Ecuador).
Es decir, que los buses de Metroexpress para la Troncal 2 de la Metrovía recorren 7.500 kilómetros, desde Brasil a Ecuador, lo cual equivale a 144 vueltas (de ida y regreso) en la ruta local que abarca 52 kilómetros ( 26 por cada trayecto).
La vía dentro de la urbe incluye 23 paradas de sur a norte y 30 de norte a sur.
Leopoldo Falquez afirmó que es mucho más barato que un chofer conduzca las unidades por la carretera, con lo que se reducirían los costos. Estos buses no ingresan por contenedores al país porque alargaría el tiempo de llegada.
Deterioro
Al realizarse un largo trayecto de miles de kilómetros, los articulados llegan desgastados, pues se produce un deterioro en el lubricante del motor y se pierde la densidad, aseguró el mecánico Byron Cedeño, quien trabajó en los talleres de la Metrovía.
Los primeros dos modelos que llegaron a la ciudad tienen un motor de cinco cilindros 310 HP.
“Se necesita un cambio en la caja mecánica (de los buses de Metrovía) antes de que entren a funcionar en la ciudad”, aseveró.
Cedeño explicó que la capacidad máxima de vida últil del aceite es de 5.000 kilómetros.
“Cuando esto ocurre, se tapa el cartón fino y grueso que trae el filtro de aceite y por ende baja la presión”, dijo.
El mantenimiento de la caja automática se efectúa entre los 20.000 y 40.000 kilómetros de recorrido.
Los buses Scania tienen un motor Euro 3. Esto disminuye la acción contaminante. Los gases que no se combustionan totalmente ingresan dentro de la cámara para ser disueltos, aunque esto depende del tipo de válvula.
Otras de las fallas frecuentes debido al kilometraje, se encuentran en los mecanismos eléctrico e hidráulico, con excepción de las puertas, porque no se utilizan durante el viaje. En las llantas se produce un leve desgaste, en centésimas de espesor de la capa de rodadura.
Diferencias
La carrocería del Scania, modelo K130, es mucho más aerodinámica que los modelos anteriores. Los nuevos buses son 30 centímetros más largos, 20 más anchos y 20 más altos.
Además, poseen un climatizador incluido, el cual reemplazará a los ventiladores actuales. Este sistema toma el aire externo, lo climatiza y lo distribuye al interior de la unidad para garantizar la frescura a los pasajeros.
Nuevas unidades no poseen rampas como las anteriores
Los buses de la Metrovía, que son utilizados actualmente en la Troncal 1 y 3, también presentan fallas. Las más frecuentes están en los neumáticos, zapatas (pieza del freno), embrague y sensores.
Mientras que las averías eléctricas y mecánicas son generadas por cortocircuitos, filtración de agua y por malas instalaciones. “Si llueve, podría afectarse el sistema electrónico. Un motor electrónico es más delicado que uno mecánico. Se quema y no tiene reparo”, dijo el mecánico Byron Cedeño.
Una de las características de los nuevos modelos es que no poseen rampas, como los que recorren actualmente las calles. El técnico citó que estas son electroneumáticas (de aire), que al momento de abrir las puertas eléctricas transmiten una señal. Al no existir esta referencia, hay la probabilidad de que no se acerque directamente a la parada, lo cual podría perjudicar a quienes suben o bajan del bus.